¿Has orado hoy por el Papa Francisco?
"Recen por mí". No lo olvides. Ave María...

Devoción

La Coronación de María como Reina de la Familia



Este acto íntimo del hogar constará de dos signos. El primero será la coronación de una imagen de la Virgen María en el hogar como Reina de la Familia (1) y el segundo la consagración de sus miembros al Corazón Inmaculado de María. De tal manera que la coronación de la imagen de la Virgen no es más que un signo exterior de la entrega confiada y consagración total de nuestras vidas al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios y nuestra.


La Imagen a coronar será la que más concite la devoción de la familia. Puede ser cualquier advocación aprobada por la Iglesia. Por supuesto que cuando esté presente la Imagen del Niño Jesús, se la coronará también, antes que la Virgen. De Él deviene la Realeza de María. Si se tratase de un cuadro, la corona (o las coronas) se pueden colocar sobre el mismo.


Para la coronación se realizara, preferentemente de manera artesanal, una pequeña corona de Reina (2), o en su defecto se puede comprar o adecuar una, para colocar sobre la cabeza de la imagen de la Virgen en un día especialmente elegido, preferentemente un día de una fiesta mariana o de una advocación de la Virgen.


Esta coronación, como dijimos, será signo visible de la consagración del hogar, la familia y todos sus miembros, los trabajos, quehaceres, penas y alegrías de todos los integrantes, a Dios en las manos y bajo el imperio del Inmaculado Corazón de María Santísima, la cual será desde ese día la Reina del hogar. La familia y sus miembros se comprometen a vivir las virtudes cristianas y marianas, rezando cada día tres avemarías como desagravio por los ataques a la pureza de la Virgen María. Y en cuanto dependa de todos, el rezo del Rosario y la participación de la Santa Misa.


Todo hogar está llamado a esta devoción y consagración al Corazón Inmaculado de María. En un siglo donde la institución familiar querida por Dios ha sufrido grandes ataques y muchas de las familias están rotas y sufrientes, la Virgen María viene a reparar y curar, a unir y consagrar. Incluso una madre que viva sola con su hijito, una persona soltera que viva sola o un sacerdote en su casa parroquial, pueden y deben coronar a la Virgen en su casa consagrándose a Ella para Dios. También se podrá coronar en asilos de ancianos, hospitales, albergues para necesitados, etc. Por la consagración de nuestro hogar y familia a la Virgen María y nombrándola Reina, Ella protegerá nuestra casa como su propia casa y nos llevará hacia Jesús.


“Reinad, Madre y Señora, señalándonos el camino de la santidad, dirigiéndonos, a fin de que nunca nos apartemos de él.”


(Pío XII, 1/11/54)


La fecha elegida de coronación y consagración será recordada especialmente cada año por la familia con un encuentro especial y el rezo del Rosario, renovando la adhesión al Corazón Inmaculado de María.


"Yo he elegido y santificado esta casa … para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre"


(Pío XII, 12/10/54)


Notas


(1) Es un título que faltaba en las letanías y que Juan Pablo II se encargo de añadir. Las familias tenían necesidad de una Reina. Y una Reina fuerte, que fuera parte de una familia, abogada y defensora contra un enemigo abiertamente declarado contra las familias, el Demonio. Hoy tiene el maléfico pensamiento de destruir la familia. Y ya ha hecho bastante mal. Pero se le enfrenta su eterna rival, María Santísima. Todos somos miembros de una familia y todos queremos que las familias se sostengan en el amor y en la unidad. Invoquemos a la Reina de la Familia.


(2) La corona debe ser de buen gusto y acorde al tamaño de la imagen. No importa el material tanto como la intención. Si es recomendable que el material no sea muy frágil. No se recomienda el papel o el cartón. Podría ser incluso una corona de flores de material no perecedero.